-¡Llegamos! -dije en
cuanto estacionó el coche en el aparcamiento. Salí rápidamente del
coche y me quedé mirando el parque -es precioso ¡Quiero entrar ya!
¡Quiero subir a la montaña rusa! ¡Y a la noria! ¡Y a la
lanzadera! ¡Y también a...
-Alto fiera -dijo saliendo
del coche a su ritmo, y se puso a mi lado- poco a poco.
-Vale... Pero quiero subir
a ¡TODO! -él sonrió.
-Pareces una niña
pequeña.
-Gracias -esas palabras
las solía tomar como alago. Nada mejor que parecer una inocente niña
pequeña -¡Venga! ¡A qué esperamos! -le cogí la mano, y sentí
una especie de, de algo. No sabía que era. Bueno, se la cogí y
comencé a correr hacia la entrada, y el hizo lo mismo, ya que al
estar agarrado a mi no le quedaba otro remedio.
Cogimos nuestras entradas
y nos adentramos en aquel enorme recinto.
-¡Mira! -dije señalando
la montaña rusa! -¡Quiero montar ahí! Bueno no, -dije señalando
una casa del terror - ¡Mejor ahí! Espera ¡Vamos a la noria!
-______, tranquila que
solo podemos montar a una cosa primero.
-Es que nunca fui a un
parque de atracciones.
-¿NUNCA? -dijo en tono
dramático, yo reí -¡Eso es un delito!
-Exagerado -dije riéndo,
y él también comenzó a reír.
Fuimos atracción por
atracción. Me lo pasaba de miedo, esa sensación en la caída de la
montaña rusa... Ni te cuento en la lanzadera. Y ese pánico de la
casa del terror. Era todo genial. Ahora si que podía decir, que
nunca antes me lo había pasado tan bien.
Incluso fuimos a un juego
de puntería, para apuntar con una pistola hacia unos muñequitos que
se movía. Ni que decir tiene que soy pésima en eso, pero Louis tuvo
el detalle de que al ganar, cogió un peluche y me lo dió.
Tocaba la noria. Eso si
que sería genial. Y no se la razón, pero estaba nerviosa por subir.
Se que vivo en Londres, pero la verdad es que nunca subí al London
Eye. Siempre hay mucha cola y paso. Tenía ganas de subir a esa
noria, muchas, muchísimas ganas.
-¡Vamos! -dije corriendo
de la mano de Louis, para arrastrarle de un lado a otro- ¡Solo queda
subir aquí!
-Ya voy, ya voy -decía
entre risas.
Hicimos una graaaaan cola,
pero por fin conseguimos subir a una cabina.
No sabría explicar esas
cosquillitas en el estómago que causaba al ascender lentamente.
Louis estaba enfrente mía, observaba como nos despegábamos del
suelo. Yo quedé un rato mirándole. No sabría decirte por qué.
De repente él giró la
cabeza, y vio que le miraba.
-¿Te gusta la noria?
-dijo sonriente. Esas cosquillitas aumentaron ¿sería porque subía
más alto la noria?
-Me encanta -dije
apartando la vista de él y mirando por la ventanilla, y sintiendo su
mirada aún fija en mi, con la misma sonrisa. Se levantó, y se puso
a mi lado. Yo dejé de mirar la ventana y le miré.
-¿Ahora te caigo un poco
mejor? -preguntó.
-Ahora mismo eres la
persona que mejor me cae en todo el planeta -él sonrió.
En ese momento fue como el
tiempo se detuviese. Le miré fijamente, no me había dado cuenta de
los ojos tan azules que tenía. Eran preciosos, y esa sonrisa tan
perfecta en su rostro. No me había percatado de esos detalles días
anteriores.
Continuará...
Ommsss que se enamoraa ... me encanta sigueee :))))
ResponderEliminarPd: me encanta el nombre del blog “eresguapaprincesa”
Gracias :))
EliminarNo se dan preciosa;)
EliminarSiguientee¡¡¡jajajaja me encanta<3
ResponderEliminaraains que cuukiis por favor
ResponderEliminares que me los como.
siguiente
o
simplemente me
suicido aqui mismito