Capítulo 37

-¿Cómo te atreves a negar a tu madre? Ahora mismo te vienes conmigo.

-No. -Dijo serio Harry. Yo le miré, y él estaba concentrado en mi madre. -Ella no se va de mi lado.

-¿Quién eres tú para decir lo que ella deja o no deja de hacer? -se cabreó mi madre.

-Pues soy Harry. Harry Styles. Y si quieres más datos, Harry Edward Styles Cox. No quiero que separe a su hija de mi lado, ya que no le causé ningún daño en ningún momento. -Eso era cierto, a pesar de que casi Tom abusa de mí tres veces, presenciar un asesinato e ir a fiestas, seguía intacta.

-Yo decidiré si eso es verdad o no, pero creo que no es así.

-Pues le diré que sí. Porque aquí como la ve, está intacta. Igual de preciosa que siempre. No le causé ningún daño psíquico ni físico.

-No me digas lo que debo de hacer porque en cualquier momento te puedo poner de patitas en la calle, Styles.

-Lo sé. -Contestó él con recelo.

-Pero no lo harás. -Volví a hablar. Mi madre abrió los ojos como platos.

-¿Cómo que no? -preguntó ella. -¿Quieres ver cómo lo hago? -Negué con la cabeza. Con algo de temor. -Eso está mejor. Ahora, ven para aquí. -Se acercó a nosotros y enseguida me cogió de un brazo para que saliera del cuarto, pero rápidamente Harry me dio la mano, pero en seguida resbalaron. Se separaron.

-No, mamá. No volveré a separarme de él. -Me solté, y fui hacia Harry. Ella vino de nuevo hacia nosotros, pero la esquivé agarrada a la mano de Harry. Cogí rápidamente mi bolso y corrí con Harry siguiéndome. Debió ser la rapidez y tensión del momento, que hizo casi que corriera como acto reflejo.

Salimos de la casa, muy rápidamente y nos alejamos hasta la playa. Mi madre se quedó en la puerta, mientras nosotros nos alejamos más, hasta atravesar las rocas que separaban la playa grande, de la pequeña a la que nadie visitaba. En ésta última nos encontrábamos. Eran las diez y algo de la noche, y estaba todo oscuro.

-No me creo que hicieras algo así. -Dijo él dejando de correr, yo hice lo mismo y respiré agitadamente. No estaba acostumbrada al ejercicio. Él, estaba completamente normal.

-Yo tampoco. -Afirmé, y el vino hacia mí y me dio un abrazo. Me dio un beso en la frente y quedamos así un rato. - ¿Y ahora qué? -pregunté sin saber qué hacer.

-No lo sé. -Respondió. Caminamos en dirección contraria a mi casa, por un camino que creo que daba a la parte Oeste del Lago. Caminamos, y caminamos. De vez en cuando decíamos algo, pero tampoco demasiado. No paramos de caminar durante dos horas, creo.

-Estoy cansada Harry. -Me quejé.

-¿Quieres que paremos un poco? -preguntó. La verdad, es que estábamos en medio de la nada. Tan solo en un camino al lado de una carretera, que estaba en medio de prado y más prado con algún árbol. Decidimos sentarnos apoyándonos en uno de esos árboles. Nos acomodamos, mientras que veíamos alguna estrella, ya que el árbol no era muy grande.

-Harry. -Dije tras un rato de silencio. -¿Me quieres?

-Muchísimo.

-¿Por qué mi madre no quiere que estemos juntos?

-Porque ella no sabe nada de nosotros.