lunes, 17 de marzo de 2014

Capítulo 7 (Segunda temporada)

MINIMARATÓN

Aparqué el coche en frente de la casa de Louis. Era domingo por la tarde, y había decidido ir a verle. Antes de salir del coche, me llamaron al móvil. Seguro que era la pesada de mi madre, ya que tan solo llevaba puesto unos leggins, una camiseta y una sudadera por encima. Ella había insistido en que me abrigara más porque aún hacía frío. Pero yo no le hice caso y salí tal cual. Fijo que se habría dado cuenta ahora.

Miré la pantalla, pero no ponía mamá, si no ''Harry''. ¿Por qué me llamaba? Vacilé unos segundos en cogerlo. ¿Lo hacía? ¿Sí? ¿No? Descolgué, y me lo llevé a la oreja.

-¿______? -preguntó su ronca voz, y yo no fui capaz de contestar. No estaba preparada para hacerlo. Puede que verlo el viernes, hizo darme cuenta que aún no lo había olvidado del todo. Aún estaba ahí la cicatriz. -¿_______?

Colgué el teléfono. Había quedado sin habla. Esperé unos minutos a asimilarlo. Harry me había vuelto a llamar.

-No ________, no te hagas ilusiones. -Me dije a mi misma, guardé el móvil en el bolsillo de la sudadera. Salí del coche y eché el seguro.


Como siempre la madre de Louis me recibió con una sonrisa. Subí al cuarto de mi novio, el cual estaba de pie dando vueltas por la habitación, con el móvil en las manos.

-Deberías estar guardando reposo. -Dije al entrar. Él llevó su vista del aparato hacia mí y me regaló una de sus sonrisas. Me acerqué a él y él no vaciló un segundo en pegarme a él abrazándome con su brazo izquierdo, ya que el otro seguía manteniendo el móvil. Yo le abracé también, con cuidado. -¿Aún te duele? -pregunté refiriéndome a las heridas.

-Casi nada. -Le miré y él hizo lo mismo. Le di un pequeño beso y una sonrisa.

-Deberías estar tumbado. -Él asintió.

-Vale mamá. -Reímos y fuimos a la cama, donde ambos nos tumbamos.

-Tienes que estar bien para mañana ir a clase.

-No quiero ir mañana a clase. -Refunfuñó como un niño pequeño. -Estoy malo. -Tosió un poco, obviamente para hacerse el malo. Yo reí.

-Que dramático. -Él también rió. Seguía con el móvil en sus manos. -¿Qué haces? -Le pregunté refiriéndome a eso.

-Nada. -Dijo él rápidamente, y dejó el móvil en una pequeña mesa. Yo fruncí el ceño.

-Algo tendrías que estar haciendo.

-Que no es nada cielo. -Me dio un beso en la frente. - Mañana te voy a recoger para ir a clase, ¿vale?- Cambió de tema.

-¿Crees que podrás conducir así? -pregunté.

-Que me dieron unos golpes, no tengo huesos rotos ni nada. Tranquila. -Sonrió. -Gracias por preocuparte por mí. -Le sonreí.

-Eres mi novio, ¿cómo no me voy a preocupar por ti? -se colocó encima mía, apoyándose en sus antebrazos. Me dio un beso, y me sonrió. -Ten cuidado, no te hagas daño. -Advertí, pero él negó con la cabeza y volvió a capturar mis labios con rapidez.

-Te quiero. -Me susurró acercándose a mi oído.

-Y yo a ti.

El chico de ojos azules me capturaba con la mirada, mientras yo rozaba su torso metiendo la mano debajo de su camiseta blanca, con una chaqueta vaquera encima. Paraba en cada uno de sus hematomas dando un pequeño masaje que a veces hacía que gimiera. Me sentía, y me sentiría mal, seguía con la idea que estaba así por mi culpa. ¿Quién me había mandado acercarme a Harry? Solo trajo problemas, y ahora esos problemas me siguen a mí.

Continuará...

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