domingo, 6 de julio de 2014

Capítulo 15

Una semana más. Estaba agotada, ¿os hacéis la idea de estar día tras día haciendo deberes, estudiando, haciendo deberes, y estudiando? A demás, solo hablaba por teléfono con Niall, nada más. Ni cinco minutos a la salida de clase, ni por la tarde con él, nada de nada. ¿La causa? Mis estudios y su carrera.

Estaba en casa, cuatro de la tarde. Decido coger el móvil, miro el twitter mientras estoy tumbada en el sofá. No hay nada interesante, las mismas tonterías de siempre.

"Últimamente no se ven muchas fotos de Niall por Londres"

" Hace más de un mes que no veo fotos recientes de Niall por la calle, ¿qué le pasará?"

"Niall anda desaparecido o k Ase"

Son los tweets que más me llaman la atención. Supongo que se preocupan por él, pero ya están haciendo un drama por esto. Este fandom, nunca cambiará. Me moría de ganas de decir algo, en plan <<No te preocupes, está bien. Solo hace su trabajo>>. Pero no podía, porque en parte era también mi culpa. No salía para poder estar un rato conmigo, no quería que saliera nuestra relación a la luz. Es verdad que en un par de veces la prensa nos vio juntos, pero seguramente no pasó nada de importancia. Si no, me hubiera enterado.

"Hola chiquitina, ¿qué tal?"

Me manda un mensaje directo Niall, pero ya hacía una hora que me lo había mandado.

"Hola, muy bien. Algo cansada, esta semana tuve muchos exámenes. ¿Tú qué tal?"

No responde, igual está ocupado. Decido dar una vuelta por el apartamento, me aburría mucho. Estaba cansada.

-Eh, ¿y esa cara de culo? -dice Zoe al verme pasar desde la habitación por el pasillo. Entro en el cuarto y me tumbo en mi cama.

-Estoy cansada, nada más.

-¿Te apetece salir un poco? Yo hoy no quedé con nadie, pero no me apetece quedarme un viernes en casa.

Acepto sin dudar, yo tampoco quería quedarme. Para un fin de semana que no tenía a penas deberes.

Cogemos los abrigos, decido ponerme un gorro de punto. A estas alturas del invierno Londres es más frío que nunca. Me pongo unos guantes y de paso, una bufanda.

-Ahora es cuando echo un poco de menos España -dice Zoe refiriéndose al clima.

Empezamos a andar, está nevando. En la zona costera en la que vivía en España no nevaba nunca, era una experiencia nueva. La única vez que había visto la nieve, fue con tres años, habíamos ido de excursión mi familia y yo a la montaña y nevó. Pero de eso, casi no me acuerdo.

-¿Te apetece ir a tomar algo? -dice Zoe tapándose todo lo posible la cara con su bufanda- si no moriré congelada.

-No hay problema.

Dimos una vueltas hasta encontrar una cafetería. Entramos y agradecemos el calorcito que hace allí adentro. Era agradable el local, las paredes envueltas en papel beige, que tiene dibujadas unas florecitas blancas. El suelo de madera. Las sillas y mesas combinando a la perfección, también son de madera.

Decidimos sentarnos en la última mesa, no había mucha gente a estas horas así que teníamos donde elegir.

-¿Qué quieren? -pregunta un chico, de unos veinte. Ronald, ponía en su plaquita de metal.

-Un café, por favor -dice Zoe.

-Otro para mí.

El chico lo anota velozmente en su cuaderno y se marcha como un rayo a preparar el pedido.

-Oye, ¿qué tal con Niall? -pregunta Zoe curiosa.

-Bien, más o menos -ella frunce el ceño, como pidiendo más explicaciones- Es que a penas le vi esta semana, y las anteriores lo mínimo. Anda ocupado ensayando y preparando la gira.

-Ah... -dice ella.

-Tengan. -Aparece el chico, y deja en la mesa el café de mi amiga y el mío. Saco mi cartera y le tiendo un billete, invité yo.

-No hace falta -dice Zoe, pero me niego a que pague ella. El chico se marcha.

Me suena el móvil, un WhatsApp. <¿Te apetece quedar hoy? Por fin estoy libre>

-¿Quién es?

-Niall. -Respondo a la curiosa de mi amiga.

-Anda,¿y qué quiere?

-Dice que hoy está libre. Pero bueno, ahora estoy contigo.

-¡Estás tonta! Si quieres puedes ir con él. Si no, no lo verás nunca y no quiero que sea mi culpa.

-Pero...

-Ni pero, ni nada. Él te hace bien, te veo feliz desde que estáis juntos. Ahora, por fin, comes más. Y haces amigos y amigas conmigo, no te cierras en tí misma. Vuelves a ser tú gracias a él.

-Gracias -la sonrío. Pero me daba corte dejarla ahí. Así que, tuve una brillante idea.


Continuará...

No hay comentarios :

Publicar un comentario