jueves, 31 de octubre de 2013

Capítulo 9

-Sabes que no es así. Mientes fatal.

-No miento, no tuvimos nada. Lo sabes -dije seria, pero él seguía con la sonrisa. Me ponía nerviosa con esa estúpida sonrisa. Me intimidaba y a la vez ¿me gustaba? Na, no me gustaba. Pero bueno, esa sonrisa era bastante... Encantadora.

-Claro, nada. Por eso te besé más de una vez.
-Harry, solo fue una vez. Y tranquilo que no se repetirá nunca más.

-No fue solo una vez.

-Que sí.

-Que no.

-Que sí -se acercó un poco a mi.

-Que no -dijo lento, ¿Cómo se habla a los niños pequeños? Pues así.

-HARRY, YA. QUE SÍ -ahora, estaba a escasos centímetros de mi.

-¿Segura que nunca que se va a repetir? -dijo cada vez más cerca. No debería, pero confesaré que me lo pensé un poco. Lo se, estoy con Niall, pero a veces Harry era tan, tan, tan Harry -¿Ese silencio lo tomo como un 'no estoy segura'?- estuve unos segundos sin decir palabra, pero de repente me separé bruscamente.

-No, es un 'estoy segura de que tu nunca me tocarás' -dije reemprendiendo el camino.

Poco después el me cogió el ritmo, y seguimos caminando. Genial, llevaba poco más de un mes con Niall y ya casi lo engaño. Pero que conste, no lo hice. Nnca le haría eso, y menos con Harry. No, con Harry NUNCA. Por muy irresistibles, tentadores, perfectos y delicados labios que tenga Harry no. Espera ¿Qué coño estoy pensando? Dios, ______, te estás haciendo un lío. Era más todo fácil antes de entrar a la universidad.
Llegamos de una vez por todas a el portón que había en frente del recinto.

Harry, me acompañó a la puerta de mi habitación. Cuando llegamos me iba a meter y cerrar la puerta sin decirle nada. No habíamos hablado en todo el camino desde entonces. Pero me dio uno de esos ataques de amabilidad.

-Oye Harry.

-Qué -dijo dándose la vuelta algo sorprendido, ya que daba por echo que no iba a decir nada y iba a emprender ya el camino a su habitación.

-Gracias por acompañarme – a él le salió su mítica sonrisa que a mi me irritaba.

-De nada preciosa – Ostras ¿qué son estas cosquillitas del estómago? No las sentía ta fuertes desde el verano. Mierda. No pude evitarlo, me sonrojé. A pesar de que estaba llegando el tiempo frío, y no es que tuviera mucho calor, más bien me estaba congelando, noté como mis mejillas se calentaban, él, como no, sonrió el doble -¿te sonrojas por nada, eh? -eso hizo que me pusiera peor.

-Anda calla -iba a cerrar la puerta, cuando él puso el pie e impidió la acción. Abrió un poco la puerta.

-Para que luego digas que no tenemos nada- susurró. Y luego se fue.

Está clarísimo, este chico me quiere volver loca o algo.

Bueno, me fui a ponerme ropa de dormir y luego iba cenar algo en la cafetería de la universidad, pero acabó aborreciendo, a demás de que no tenía mucha hambre.
Decidí irme ya a dormir, pero alguien de repente entró por la puerta.
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