lunes, 11 de noviembre de 2013

Capítulo 10



-¿Podrías intentar, por lo menos intentar, llevarte bien conmigo? Por favor. Es que a mi no me va eso de llevarme mal con la gente -yo alcé una ceja- venga, en serio.

-Intentar. No prometo nada -él sonrió ampliamente, y me estrechó la mano.

-¡Louis! ¡______! ¡Vamos a comer ya!-sonó una voz gritando desde la planta baja.

-Bueno, pues a comer se a dicho -dijo Louis - ¡Ahora vamos! -gritó el también.

Bajamos hacia el comedor, y nos sentamos en la mesa. Mi madre ya estaba allí sentada y había un montón de comida en la mesa. La verdad, es que todo tenía una pinta deliciosa. Poco después apareció Jazzy con un plato lleno de más y más comida, que colocó en el último hueco libre de la mesa, y se sentó.

-Bueno, pues buen provecho. Espero que os guste -dijo ella.

-Seguro que si Jazzy -añadió mi madre.

-Si se come hasta con la mirada -dije yo.

Comenzamos a comer, la verdad es que estaba más rica de lo que parecía, y si parecía rica no os imagináis el sabor. Mi madre y Jazzy hablaban, y hablaban, y hablaban. En resumidas cuentas, solo callaban cuando cogían un bocado. Luego, volvían a hablar. Louis y yo no parábamos de mirarnos y hacer muecas o gestos, de, a ver cuando callan, o que tostón. A veces hasta nos reíamos de las mucas que hacíamos. Aun que yo de lo que más me reía era de como Louis devoraba zanahorias. No sé porque, al parecer le encantan.

Cuando por fin acabamos de comer, ellas se pusieron a tomar un te. Gracias a dios, Louis me salvó de estar allí, y seguir escuchando los cotilleos de todo el pueblo.

-Bueno tía, ____ y yo quedamos con unos amigos pronto, porque iremos a la piscina, así que si no os molesta nos vamos ya -dijo cogiendo una bolsa, dónde tenía las cosas de la piscina.

-Pues claro que no molesta. Me alegro que os llevéis tan bien, ale, salir por ahí y divertiros.

-Hasta luego.

Pues así conseguimos salir de casa, una vez fuera en la calle dije:

-¿En serio quedamos tan temprano? Apenas son las tres del medio día.

-Lo se, es que no me apetecía estar más ahí.

-Bueno, pues aprovecho y voy a por el biquini y todo eso para la piscina.

-Vale ¿Puedo ir? No me quiero quedar aquí -bufé.

-Vale anda -recuerda ______, intentar ser amable.

Entramos en mi casa, Louis se quedó en el salón, mientras yo iba a mi habitación a preparar todo. Metí en mi bolso grande unos cuantos bañadores, y bueno, todo lo necesario. Ya sabéis, un poco de crema, unas barritas de Special K por si me entra el gusanillo. Lo necesario, vamos. Luego me puse mi biquini preferido, unos pantalones cortos con una camiseta, y listo. Para la piscina. Me puse antes unas gafas de sol en la cabeza, y mis fieles converse.

-Madre mía, tardas más de medio año en cambiarte -dijo Louis en cuanto bajé las escaleras y me vio.

-Me lo dicen a menudo ¿Vamos?

-Son las tres y media.

-¿ Cuanto tardamos en ir a la piscina de aquí caminando?

-¿Estás loca? Está lejos para ir caminando.

-Así hacemos tiempo, y ejercicio -él puso cara de cachorro.

-Jo... Pero es que no apetece.

-Anda, calla ya quejica -dije riéndome- y vamos.

Ahí emprendimos el camino hacia la piscina. El estuvo callado un rato, pero tardó poco eso.

-Y ¿qué tal? ¿Te diviertes?

-No mucho, la verdad. A ver si hoy me lo paso mejor allí.

-Ya verás como si -dijo sonriéndome, y por primera vez, le miré a los ojos y le sonreí. ¿Por qué lo hice? Ni idea. Solo, me apeteció sonreír -Guau, _______, sonriéndome, a mi. ¡MILAGRO! -dijo gritando, y alzando los brazos.

-Para tonto -dije bajándole los brazos y riéndome- deja el teatro, que la gente va a pensar que estamos chalados.

-¿Y no lo estamos?

-Tú, tu lo estás -dije sonriente- loco.

-Pero soy un loco guapo -yo me reí – esa risa significa que también lo piensas. Eh. Eh.


Continuará...

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