lunes, 11 de noviembre de 2013

Capítulo 8

-¡Hija! ¡Despierta! ¡Despiiierta de una vez! -nada mejor para despertarse que los agradables gritos de tu madre. Notar mi ironía.

-Ya voy mamá -dije con mucha desgana, abriendo los ojos. Pero tenía taaanto sueño que los volví a cerrar. Así estuvo un rato, hasta que volvió mi madre a la carga.

-Pero... ¡¿Otra vez así?! ¡Venga mueve el culo de una vez!

-Mamá por favor, que son vacaciones...

-¡Pero son las doce! Levanta de una vez, que he quedado con Jazzy.

-¿Y?

-Que tu vas a venir conmigo y con su sobrino a comer en su casa– en ese momento me caí de la cama.

-¿¡Qué?!

-Lo que oíste. Ahora dúchate y vístete de una vez. Y hazlo rápido que quedé a la una -solté un bufido, e iba a hablar pero me interrumpió- ni una queja -vale, mi madre me conocía más que yo a mi misma. Pero cuando andaba con prisas se estresaba, y te digo yo que no queréis verla estresada. Más valía hacer lo que ella decía.

Me metí en la ducha y luego me vestí. El pelo me lo sequé un poco, y una coleta. Hacía bastante calor, y me molestaba si lo dejaba suelto.

Después estaba, como no, mi madre esperándome.

-Dios, hija mía, eres la única chica en el planeta que tarda una hora en vestirse. Espera ¿Dónde vas tu con esos tacones?

-¡Mamá! Venga, que tenemos prisa- excusa perfecta para no discutir, como casi siempre, por la ropa que llevo.

Gracias al cielo, tenía demasiada prisa y no me mandó subir a cambiarme. Así que fuimos directas a casa de Jazzy, es decir, a la casa de al lado.

-¡Hola hola! -dijo la vecina animada- ¿Qué tal?

-Muy bien -dijo mi madre, mientras ella nos hacía un gesto para que entrásemos en la casa. Y eso hicimos- ¿y tu?

-Muy bien. Bueno _____, tu madre y yo nos tenemos que poner al día. Puedes ir a la habitación de Louis si quieres, así no te aburrimos. Me dijo que lo pasasteis muy bien ayer todos.

-¿Te dijo eso? -me estrañé.

-Si. ¿Quieres ir?

-No, no hace falta.

-Que si mujer, creo que nosotras te aburriremos -bufé. Se nota que ellas lo que querían era que las dejara en paz para cotillear de sus cosas a gusto.

-Vale, ahora voy -dije, y seguidamente subí las escaleras que conducían a al piso de arriba.
Al principio dudé un poco que puerta sería la de la habitación de Louis, pero luego decidí no romperme el coco y abrir una por una, si a cierto bien, y si no, pues pruebo con otra. De toda la vida.

Toqué un par de veces a la primera, nadie contestó así que pasé. Nada, no había nadie y era gigante, matrimonial con dos armarios. Fijo que era de Jazzy y su marido, que ahora que me doy cuenta, no se ni como se llama.

Pues nada, probé suerte en la siguiente. Toqué un par de veces y nada, sin respuesta tampoco. Entré y no me extrañó que no respondieran, era un baño.

La siguiente puerta, a ver si había suerte. Básicamente porque no quedaban más. Entré directamente, me cansaba de andar picando entrando, picando entrando. Así que decidí hacerlo sin más.


Continuará...

--------------------------------------------

Os juro que en los siguientes capítulos esto se pondrá más interesante, os lo juro.

No hay comentarios :

Publicar un comentario