Me desperté, tercer día
de vacaciones. Eran como las doce de la mañana, fui a desayunar y me
encontré con una nota en la cocina. Mi madre, que había ido a
comprar. Pues nada, tocaba hacerse el desayuno.
Cuando acabé de
desayunar, me fui a la habitación. Me pegué una ducha y me vestí.
Me puse un moño, de esos
que me ponía para estudiar en invierno, para que no me incordiase el
pelo. Me senté en el escritorio de mi habitación y me puse a
pensar. ¿Cómo me puedo fugar de aquí e ir a Londres? Pensé en
varias opciones. Una era coger un coche y marchar sin más. Pero como
me encontrara con la policía, yo no tenía carné. Tenía todavía
17 años. Así que taché esa opción rápidamente.
Luego pensé en coger un
autobús, pero mi madre se daría cuenta de que me fui, ya que la
parada está en la calle y sería fácil que me encontrase en ella.
Opción tachada.
¿Y si cogía un tren
dirección Londres? Oye, eso era una buena opción, a diferencia de
los autobuses, los trenes de aquí pasan frecuentemente, y lo más
importante, por la noche. Pero, sería algo difícil encontrar los
billetes aquí, pero podía pedirlos vía internet.
Bueno, pues de momento ese
era mi plan, iría en tren y adiós todo. Solo tardaría unos días,
los días que tardarían en llegar los billetes a casa.
Justo cuando pensaba en
todo eso oí sonar mi móvil. Miré la pantalla, Ana. Mi fiel amiga
Ana, que no la había llamado desde que llegué. Se me pasó
totalmente, estaba tan concentrada con, con... Con nada. Pero bueno,
yo atendí.
-¡GUAPA! -dijo mi mejor
amiga al otro lado de la línea- No me llamaste ningún día, espero
que halla un buen motivo.
-Lo siento Ana, siempre
que llegaba a casa estaba agotada.
-No pasa nada ¿Y por qué
estabas cansada? ¡No me digas que me sustituiste y ahora andas de
fiesta por allí!
-¡Claro que no! Solo salí
un par de veces con mi vecino y sus amigos.
-¿No me digas que te
gusta? -dijo ella emocionada.
-¡No! Claro que no.
-Bueno, lo que tu digas.
¿Sigue en pie venir en cuanto puedas?
-Claro que si, en cuanto
pueda me ves allí nena.
-Vale, a ver si es pronto.
Te quiero.
-Te quiero.
Me sentí un poco culpable
por no haberla llamado, pero bueno.
Seguí dando vueltas al
tema de marcharme. Puede que me ganase un castigo de por vida, pero
valdría la pena.
Cogí el ordenador
portátil, y me puse a comprar los billetes. Estaba dudando en
comprarlos o no, pensé en los pros, y en los contras. No estaba
segura de hacerlo, pero es que si no lo hacía, ni en mis sueños
podría volver allí, mi madre no me dejaría.
-¡_______! -dijo mi madre
desde la planta baja, gritando- ¡llegué! ¡ Ven a ayudarme con la
comida!
Bueno, más tarde pensaría
en esto. Guardé la página en favoritos, y apagué el ordenador. Más
adelante las cogería.
-¡Ya voy!
Continuará...
Sigue me matas con los continuara...
ResponderEliminarSIGUELA O ME ENFADO NO RESPIRO Y PONGO CARA DE PEPINO.
ResponderEliminarSigue plis ¿ te gusta matarnooos???!!!! jaja sigue plis
ResponderEliminarSiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
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