sábado, 28 de diciembre de 2013

Capítulo 14

Sonó el timbre, y nuestras miradas se desconectaron para ver a Harry corriendo hacia nosotros.

-Bueno yo me voy -dijo Zayn.

-¡Espera Malik! -dijo él. Pero Zayn no paró y siguió caminando- cabrón -susurró Harry.

-¿Qué ocurre? -pregunté.

-No me llamaron en jefatura- dijo él. Esto cada vez era más raro. ¿Zayn quiso estar a solas conmigo? En fin...

-Bueno, marcho para casa.

-Mañana nos vemos preciosa -preciosa, me había llamado así. Dios mío. Esto no parecía el instituto, ni estas semanas parecían normales. Es como si estuviera en un mundo paralelo.

Fui hasta la entrada, y me encontré con Jenny.

-Hola boba – me dijo ella sonriente- mi madre dice que iremos a comer a tu casa. Que tu padre y ella nos tienen que decir algo.

-Vale -dijo yo también sonriente y me metí en el coche de la madre de mi amiga para ir a casa. Le conté por el camino a Jennifer todo lo que pasó en esta última hora y ella quedó flipando. Incluso la madre de ella hacía comentarios. Bueno, la verdad es que ella era como una amiga más en ese sentido, era bastante moderna.

Cuando llegamos, entramos en el piso y estaba la comida lista. Era bastante extraño, siempre solía llegar y tener que hacermela yo. ¿Qué será eso que nos tienen que contar?

Nos sentamos en la mesa después de saludar a mi padre, y comenzaron a hablar un poco de todo.

-Bueno ya llevamos -dijo Jenny mirando el reloj – casi media hora en casa y no nos contasteis eso tan importante.-Mi padre y su madre se sonrieron mutuamente.

-Pues veréis. Sabéis que trabajamos en la misma empresa, y solemos pasar bastante tiempo juntos.

-Continúa -dijo Jennifer atenta mientras comía. Esa chica amaba comer, pero nunca engordaba. No se como se las apañaba.

-Bueno, pues en ese tiempo-continuó la madre de la comilona- nos conocimos mejor. Y... Hemos empezado a salir -Jennifer, estaba bebiendo en ese instante. Escupió y abrió la boca.

-¡Seremos hermanas! -gritamos las dos a la vez. Ellos se rieron.

-Si, lo seréis -contestó mi papi.

Ambas gritamos, y nuestros padres se taparon los oídos. Empezamos a saltar ¡Siempre la había querido como una hermana, pero ahora ¡Lo sería!

-Venga, ir a gritar al cuarto si queréis que ya nos destrozasteis bastante los tímpanos por hoy -dijo, mi ahora madrastra.

Nosotras seguimos gritando a la vez que corrimos a la habitación.

-¡Una cosa más! -gritó mi padre- ¡Viviréis aquí!

Nosotras volvimos a gritar, y al entrar mi cuarto, vimos que había dos camas, y un montón de cajas.

-Madre mía, que deprisa se toman las cosas -dijo Jennifer y nos reímos, y luego comenzamos a ordenar las cosas.


Continuará...

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PARTE 2/4 DEL MARATÓN

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