martes, 10 de diciembre de 2013

Maratón

Capítulo 6

Estaba en casa, gracias a dios las clases habían acabado. Estaba preparándome para ir a casa de Niall, así que en cuanto acabé salí de casa y me dirigí a su piso.

Piqué en la puerta. Me abrió un señor, me imaginé que sería su padre por el aspecto.

-Hola ¿puedo ayudarte en algo?

-Em... Esto, venía a hacer un trabajo con Niall Horan.

-¡Ah! Debes de ser ______, pasa pasa -dijo acogiéndome con una cálida sonrisa, yo pasé- soy Bob, su padre. Al fondo del pasillo a mano izquierda está su cuarto, ve.

-Muchas gracias, encantada.

Fui hasta la puerta que el señor me dijo, piqué y no me contestaron. Decidí abrirla, y estaba Niall durmiendo.

-Que mono -pensé en voz alta.

Me acerqué y me senté en esa misma cama al borde. Le miré la cara. Tenía lo boca abierta, la verdad es que estaba completamente dormido. Reí para mis adentros, y le empecé a hacer cosquillas con el extremo de mi jersey, que era peludito. Él movió la cara, pero no se despertaba. Volví a hacerle cosquillas, y él gimió. Me reí de nuevo, pero esta vez sonó la risa. Me tapé la boca con la mano, miré a Niall y seguía durmiendo. Suspiré, madre mía este chico ama dormir.

-Niall despierta -no se imutó. Me acerqué a su oído- ¡Niall!

-¡Qué! -dijo sobresaltándose y abrazando una almuhada. Yo me empecé a reír -Dios _____ -me pegó con la almuada, yo seguí riéndome – que susto me metiste.

-Anda, pongámonos con el trabajo.

Fuimos al escritorio, y nos pusimos con el trabajo. De vez en cuando nos reíamos y hacíamos el tonto, pero la mayor parte del tiempo estábamos concentrados. Bueno, él lo estaba. Yo seguía con el tema de Louis en mi cabeza, y de ahí no salía. Seguía dándole vueltas, sobretodo a lo que Ana había dicho 'Sé mas de lo que tu te piensas'. No sabía por qué había dicho eso.

-Eh, ______, ¿me estás escuchando?

-¿Qué? -dije sin saber a qué se refería, estaba completamente en mi mundo- Lo siento, lo siento, es que estaba...

-¿En tu mundo? Lo noté -dijo sonriendome.

-Lo siento...

-¿Pensabas en él? -yo asentí y él me dio un cálido abrazo- cuando puedas seguimos, me da igual esperar.

-No no, sigamos -él me miró fijamente. Me fijé en sus ojos por primera vez, eran de un azul precioso, pero muy distinto al azul de los de Louis.

-¿Seguro? -asentí, y sin darme cuenta, tenía a Niall peligrosamente cerca mía. Al parecer él tampoco se había dado cuenta, y cuando lo hicimos nos separamos bruscamente y seguimos con el trabajo.


Continuará...



Capítulo 7

Nuevo día. Estaba en el baño, era la hora del descanso y dejé a Niall en la cafetería, pues eso, para ir al baño.

-¡Anda mira! ¡Está aquí la 'Louisina'! -dijo Ana que entraba en el baño junto a una de sus amigas, que hace unos meses, también era mía. Pero estaba claro que ahora no.

-¡Anda mira! ¡La falsa que quiere llegar al Big Ben!

-¿Dónde dejaste a Louis? ¿En ese pueblucho? -yo la fulminé con la mirada- Claro, tienes miedo de traérlo aquí.

-¿Miedo por qué?

-Porque si vendría, fijo que volvería a ignorarte porque estoy yo aquí.

Controlé, por tercera vez, las ganas de rebentarle la cara.

-Déjame en paz.

-Sabes que tengo razón.

Aguanté las ganas de contestarle, y opte por elegir lo que Niall me había dicho, no hacerle caso y pasar de ella.

-Adiós -dije saliendo.

-Espera, una cosa más -dijo ella, y yo me giré antes de salir por la puerta- te odio.

-Es mutuo.

Salí y fui hasta Niall y bufé.

-¿Qué pasó? -me preguntó.

-Ana.

-Que te hizo -dijo serio.

-Su retraso, que cada día aumenta... Pero no pasa nada, la ignoré como tu me dijiste.

-Así me gusta, oídos sordos -sonreí y él hizo lo mismo.

Sonó el timbre, y nos dirigimos a clase, que pasaron bastante rápido.



Era por la tarde, las cinco. La verdad, no sabía que hacer. Cogí el móvil y me puse en twitter. Estuve un rato leyendo, hasta que vi un tweet de Louis. ¡MECA! Ahora que caigo, podría llamarlo. Aunque, lo habíamos dejado... Así que no era tan buena idea... O si, si lo llamaba estaba segura de que me sentiría mejor... Oír de nuevo su voz... Dios mío, cuanto echaba de menos darle un abrazo, darle besos, llamarle idiota, y oler su inconfundible perfume. Lo echaba de menos.

Marqué su número. ¿Lo llamaré, o no lo llamaré?

Continuará...

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A ver chicas, esta es la primera parte del maratón, ¿quién quiere que haga segunda después de los deberes? 

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