Vi a
Harry, tumbado en el suelo JAJAJA. Al parecer se caería por la
noche. Madre mía, y yo no me había enterado. Me arrimé al extremo
de mi cama y lo observé, Jo**r que guapo era durmiendo. Le empecé a
tocar suavemente la mejilla y le decía:
-Harry,
despierta -es no me contestaba- Harry, veeenga que estás en el
suelo- el seguía sin decir palabra - ¡HARRY! -dije, en ese último
intento de llamarle el sonrió pícaramente, y abrió un ojo, me
cogió la mano que tenía en su rostro, y me dio un tirón en ella
haciendo que cayera encima de él. Todo eso en medio segundo- ¡Harry!
¿Te hice daño?
-Pues
claro que no, y buenos días preciosa.
-HARRY,
TE PODÍA HABER ECHO MUCHO DAÑO CON LA ESCAYOLA, ADEMÁS ¿QUE C**O
HACES AQUÍ EN EL SUELO? -estaba algo enfada, la verdad le podía
haber echo daño al caer con la escayola- EN SERIO ES QUE HAR...
Entonces
no pude continuar riñéndole por que él, me besó. Así es, esta
vez no llamó nadie al móvil, ni mi conciencia estaba intranquila
por Brad, ni NADA. Esta vez si, por primera vez me besó en
condiciones sin nadie de por medio. Me había gustado la manera en
que me mandó callar. Cuando nos separamos él e miro para ver mi
reacción, a lo mejor me lo tomaba a bien, o a mal. Entonces le
sonreí para que notara que no me lo había tomado a bien, si no a
genial.
-Va-v-amos
a desayunar ya -dije algo nerviosa. Ni Brad me había hecho sentir
así nunca.
-Vale
-dijo riendo un poquito
Se
levantó y me cogió en brazos para bajarme al comedor dónde me
sentó en una silla. Al rato apareció con la silla de ruedas para
ponerme en ella al acabar el desayuno. Eran las nueve de la mañana y
todavía nadie estaba despierto. Él hizo unas tostadas para los dos.
Hablábamos un poco de todo mientras desayunábamos, ese chico era
muy divertido.
Cuando
acabamos el me subió otra vez a la habitación, y me sentó en la
cama. Después me trajo la silla de ruedas para sentarme en ella y me
llevó al baño para lavarnos ambos los dientes. Después el se fue
a pegar una ducha y yo me las arreglé para llenar la bañera,
meterme con la escayola afuera etc.
Cuando
salí (algo que resultó complicado pero conseguí) me senté en la
silla de ruedas con un albornoz y me dispuse a cambiarme de ropa.
Al
poco rato apareció Harry.
-Guau,
¿conseguiste asearte sola?
-¿Quieres
que te seque el pelo?
-Vale
anda.
Cogió
un secador del baño y me llevó allí. Una vez seco me lo peino muy
delicadamente y luego me bajo al salón, nos sentamos en el sofá y
nos pusimos a ver la televisión. Estuvimos rato así asta que
llamaron al timbre...
(Continuará...)
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